El hotel en el que me pusieron no está mal...pero tampoco está bien. Es uno de esos que se 'atreven a ser mediocres'. De esos que están básicamente para que uno vaya a dormir y ya -- y de hecho, para eso es que lo necesito, así que no me quejo

Entre las cosas que me han llamado la atención está que todos los días ponen el mismo periódico semanal en la puerta (ya tengo tres), que me puedo conectar mejor a internet desde mi habitación en el segundo piso que sentado a dos metros del 'complementary WI FI hot spot' en el lobby, y el misterioso corte de pelo del chamo que tiene el turno de la noche en la recepción, que recuerda el de la comiquita esa en la que el tipo sacaba cualquier cantidad de objetos de todo tamaño de su enorme afro

Pero lo peor son los desayunos estos continentales que, traducido al español quiere decir 'para dejar con hambre a un fakir'. Nunca he entendido la manía de desayunar tostadas, o donuts, con café descafeinado. Con razón los Americanos se vuelven locos y empiezan a dispararle a sus compañeros de trabajo: su cerebro no se desarrolla bien por comer esas porquerías en el desayuno...

{iba a escribir algo aquí, pero estoy mareado por el hambre}

# sacado del horno a las 08:00